La jornada anual inicia el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y culmina el 10 de diciembre con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos. La IBERO Puebla se ha sumado a la iniciativa con numerosas actividades formativas y reflexivas.

Días previos al 25N, autoridades institucionales presentaron los Proyectos del Protocolo para prevenir, atender, investigar y sancionar faltas disciplinares y/o violencia de género y el Reglamento de Defensoría de Derechos Universitarios a integrantes de los Consejos Estudiantiles Representativos (CER) de licenciaturas. Allí, el alumnado compartió la importancia de sumarse a los esfuerzos por construir una cultura del cuidado a nivel institucional y emitió recomendaciones para contar con instrumentos accesibles y que atendieran las necesidades estudiantiles.

Posteriormente, se ofreció una charla a padres y madres de familia de las preparatorias IBERO Puebla y Tlaxcala para socializar los contenidos del Protocolo para la prevención, atención, investigación y establecimiento de medidas de sanción ante quejas por faltas específicas y violencia de género. Los equipos de trabajo de ambas prepas también recibieron capacitación en la materia.

Para estimular el lado artístico se llevó a cabo la premiación del Segundo Concurso #NiUnaMás, donde estudiantes expresaron su sentir respecto a las violencias de género a través de carteles y poemas. Otras actividades culturales fueron puestas en escena al día siguiente, como la propuesta Voces que no callan, que combinó expresiones de teatro, canto y danza.

Junto al pase de lista de las 53 víctimas de probable feminicidio, el Día Naranja contó con numerosas mesas de trabajo promovidas a través de diferentes áreas académicas de la Universidad. En estos espacios, el alumnado reflexionó sobre la importancia de frenar la violencia contra las mujeres en todas sus expresiones.

Una forma de detonar la discusión estudiantil fue a través de la remembranza de casos específicos. Alumnas de la Licenciatura en Derecho encabezaron el conversatorio “Caso Atenco” y su legado en la lucha contra la violencia de género. Lux in Lex, colectivo organizador, insistió en que el Gobierno mexicano debe cumplir la resolución establecida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Mientras las jóvenes puntualizaban la urgencia de una vida libre de violencia, ellos también tuvieron asuntos que discutir. El grupo Gansos Necios, fundado por estudiantes varones de la Licenciatura en Psicología, convocó a un diálogo sobre la importancia de construir masculinidades sanas. Los muchachos aprovecharon el día para relanzar al colectivo de acompañamiento que se reúne virtualmente dos veces al mes.

Ya en diciembre, la Mtra. María Claudia Rivera Luna impartió una charla al personal de la IBERO Puebla sobre protocolos de salud frente a casos de violencia sexual. La disertante indicó que la aproximación más oportuna debe partir de una valoración clínica que valore el uso de medicamentos que reduzcan la posibilidad de contraer infecciones de transmisión sexual, así como fármacos anticonceptivos de emergencia.

Durante cuatro días, el personal de la Universidad Jesuita recibió una primera capacitación hacia la conformación de equipos corresponsables y primeros respondientes en ámbitos de prevención, atención, investigación y sanción de las violencias universitarias. Las mesas de trabajo se basaron en los principios de la Ley General de Educación Superior, la Política de Igualdad de la Casa de Estudios y el protocolo contra violencia de género a instaurarse en 2022.

La jornada de activismo, que concluyó con una disertación por parte del Dr. Víctor Rodríguez Recia, cierra con un año de arduo trabajo institucional para consolidar la perspectiva de género como un eje rector del quehacer universitario. A través de sus comisiones especializadas, la IBERO Puebla da pasos contundentes a la construcción de un espacio educativo libre de violencias que funcione como laboratorio de sociedades más justas e incluyentes.

Las acciones académicas, institucionales y de vinculación de estos 16 días fueron coordinadas por la Procuraduría de Derechos Universitarios, el Programa de Prevención de Violencias, la Comisión de Igualdad de Género y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE), todas instancias internas en permanente actualización.

Desde 1991, el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres promueve una campaña de 16 días de activismo contra la violencia de género. La jornada anual inicia el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y culmina el 10 de diciembre con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos. La IBERO Puebla se ha sumado a la iniciativa con numerosas actividades formativas y reflexivas.

Días previos al 25N, autoridades institucionales presentaron los Proyectos del Protocolo para prevenir, atender, investigar y sancionar faltas disciplinares y/o violencia de género y el Reglamento de Defensoría de Derechos Universitarios a integrantes de los Consejos Estudiantiles Representativos (CER) de licenciaturas. Allí, el alumnado compartió la importancia de sumarse a los esfuerzos por construir una cultura del cuidado a nivel institucional y emitió recomendaciones para contar con instrumentos accesibles y que atendieran las necesidades estudiantiles.

Posteriormente, se ofreció una charla a padres y madres de familia de las preparatorias IBERO Puebla y Tlaxcala para socializar los contenidos del Protocolo para la prevención, atención, investigación y establecimiento de medidas de sanción ante quejas por faltas específicas y violencia de género. Los equipos de trabajo de ambas prepas también recibieron capacitación en la materia.

Para estimular el lado artístico se llevó a cabo la premiación del Segundo Concurso #NiUnaMás, donde estudiantes expresaron su sentir respecto a las violencias de género a través de carteles y poemas. Otras actividades culturales fueron puestas en escena al día siguiente, como la propuesta Voces que no callan, que combinó expresiones de teatro, canto y danza.

Junto al pase de lista de las 53 víctimas de probable feminicidio, el Día Naranja contó con numerosas mesas de trabajo promovidas a través de diferentes áreas académicas de la Universidad. En estos espacios, el alumnado reflexionó sobre la importancia de frenar la violencia contra las mujeres en todas sus expresiones.

Una forma de detonar la discusión estudiantil fue a través de la remembranza de casos específicos. Alumnas de la Licenciatura en Derecho encabezaron el conversatorio “Caso Atenco” y su legado en la lucha contra la violencia de género. Lux in Lex, colectivo organizador, insistió en que el Gobierno mexicano debe cumplir la resolución establecida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Mientras las jóvenes puntualizaban la urgencia de una vida libre de violencia, ellos también tuvieron asuntos que discutir. El grupo Gansos Necios, fundado por estudiantes varones de la Licenciatura en Psicología, convocó a un diálogo sobre la importancia de construir masculinidades sanas. Los muchachos aprovecharon el día para relanzar al colectivo de acompañamiento que se reúne virtualmente dos veces al mes.

Ya en diciembre, la Mtra. María Claudia Rivera Luna impartió una charla al personal de la IBERO Puebla sobre protocolos de salud frente a casos de violencia sexual. La disertante indicó que la aproximación más oportuna debe partir de una valoración clínica que valore el uso de medicamentos que reduzcan la posibilidad de contraer infecciones de transmisión sexual, así como fármacos anticonceptivos de emergencia.

Durante cuatro días, el personal de la Universidad Jesuita recibió una primera capacitación hacia la conformación de equipos corresponsables y primeros respondientes en ámbitos de prevención, atención, investigación y sanción de las violencias universitarias. Las mesas de trabajo se basaron en los principios de la Ley General de Educación Superior, la Política de Igualdad de la Casa de Estudios y el protocolo contra violencia de género a instaurarse en 2022.

La jornada de activismo, que concluyó con una disertación por parte del Dr. Víctor Rodríguez Recia, cierra con un año de arduo trabajo institucional para consolidar la perspectiva de género como un eje rector del quehacer universitario. A través de sus comisiones especializadas, la IBERO Puebla da pasos contundentes a la construcción de un espacio educativo libre de violencias que funcione como laboratorio de sociedades más justas e incluyentes.

Las acciones académicas, institucionales y de vinculación de estos 16 días fueron coordinadas por la Procuraduría de Derechos Universitarios, el Programa de Prevención de Violencias, la Comisión de Igualdad de Género y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE), todas instancias internas en permanente actualización.

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