¡Síguenos!Las economías de América Latina sufrirán una contracción más estruendosa de lo anticipado este año debido a la pandemia de coronavirus, dijo el miércoles el Fondo Monetario Internacional (FMI), en momentos en que la región enfrenta elevadas tasas de infección que obstaculizan la recuperación.
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En su reporte Perspectivas de la Economía Global de junio, el FMI recortó su cálculo para la variación del PIB de la región a un declive de 9,4% en 2020, en relación a la baja de 4,2% estimada en abril, ya que los efectos del Covid-19 han sido más profundos de lo esperado en el primer trimestre.
Las nuevas proyecciones arrojaron panoramas más adversos para las principales economías latinoamericanas. México, fuertemente influenciado por sus lazos con Estados Unidos, verá a su economía contraerse en un 10,5% este año, dijo el FMI, una reducción drástica frente a la caída prevista de 3,9% en abril.
En tanto Brasil, el foco de la epidemia en Sudamérica y con la segunda mayor cantidad de casos en el mundo, registrará una caída de su PIB del 9,1% en 2020, desde la proyección anterior de un descenso del 3,8%, indicó el organismo con sede en Washington.
Los primeros datos del segundo trimestre sugieren contracciones más agudas de lo esperado y la pandemia aún se sigue propagando en las poblaciones de América, destacó el FMI, por lo que las medidas restrictivas seguirán deteriorando el panorama económico en la región.
“En las economías que aún luchan por controlar las tasas de infección, la necesidad de continuar las cuarentenas y las medidas de distanciamiento social impactarán más en la actividad”, indicó el informe.
El FMI destacó que la economía de Brasil rebotará un 3,6% en 2021 y la de México un 3,3%.
En Argentina, la tercera economía latinoamericana, la estricta cuarentena y la paralización productiva ocasionará un retroceso del 9,9% de su PIB este año, calculó la institución, con una recuperación proyectada de 3,9% en 2021.
El FMI también redujo dramáticamente la previsión de la economía global a -4,9% para este año, arrastrada por la caída de 8% del PIB de Estados Unidos y el freno de mano en la actividad de China. Por primera vez, enfatizó la entidad, todas las regiones del mundo experimentarán crecimiento negativo, aunque con diferencias sustanciales.
Los riesgos a la baja siguen siendo significativos, añadió, y el escenario a futuro dependerá en gran medida de la capacidad de los países para contener la emergencia sanitaria, reactivar la producción y el empleo, y reflotar la demanda doméstica.