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Ryder advirtió que dos años no serán suficientes para recuperar el empleo perdido por la pandemia, pues todavía habrá una escasez de 23 millones de puestos de trabajo para el próximo año.
El desempleo global se estima en 205 millones de personas en 2022, en contraste con los 187 millones de personas que estaban en esa condición en 2019, señala el reporte de la OIT.
Además, el correspondiente déficit de horas de trabajo en 2021 asciende al 3.5 por ciento, lo que equivale a 100 millones de puestos de trabajo a tiempo completo.
América Latina y el Caribe, junto con Asia Central, son las regiones más afectadas. La pérdida estimada en horas de trabajo superó el 8 por ciento en el primer trimestre y 6 por ciento en el segundo, comparado con el promedio mundial de 4.8 y 4.4 por ciento, respectivamente.
Al cierre del 2020, el desempleo en América Latina se estimó en 30 millones y en 2022 será de 28.8 millones.
“Esta es una crisis muy grave”, dijo Guy Ryder, director general de la OIT, durante su participación en el evento sobre empleo organizado por el Foro Económico Mundial (WEF).Mientras que en el resto del mundo, el desempleo cerró 2020 en 220.3 millones y en 2022 bajará a 205.3 millones, variaciones de 6.0 y 6.8 por ciento, respectivamente.
Sobre México, la OIT indica que la tasa de desempleo al cierre del 2020 fue de 4.7 por ciento, extendiendo su alza iniciada en 2019 cuando creció a 3.5 por ciento desde 3.3 por ciento en 2018. Se trata de la tasa más alta desde 2018 cuando se ubicó en 4.8 por ciento.
La pandemia por el COVID-19 impactó en la educación de las nuevas generaciones, amplió la brecha digital y las mujeres tuvieron menos tiempo de tener un empleo remunerado debido a los cuidados de la familia.
Si bien, hay señales de recuperación en algunos mercados laborales, los nuevos empleos son de baja calidad y los próximos dos años no serán suficientes para recuperar el empleo perdido. En esta reconstrucción se necesita generar empleo productivo, señala el informe de la OIT.
La estrategia de recuperación debe estructurarse en torno a cuatro principios:
Promover el crecimiento económico de base amplia y crear empleo productivo
Apoyar los ingresos de los hogares y la transición en el mercado de trabajo
Fortalecer los fundamentos institucionales necesarios para un crecimiento y un desarrollo económicos inclusivos, sostenibles y resilientes
Utilizar el diálogo social para formular estrategias de recuperación centradas en lo humano.