¡Síguenos!Más de un centenar de migrantes centroamericanos, que viajaron en una caravana que desató el enojo del presidente estadounidense Donald Trump, llegaron el martes a la frontera de México con Estados Unidos, la mayoría de ellos dispuestos a pedir asilo humanitario en el país del norte.
TwittearVisitas: 1734
Dos autobuses, que transportaban a 50 mujeres, 20 varones y 50 niños, arribaron en horas de la tarde a Tijuana, fronteriza con la estadounidense San Diego, culminando un recorrido que empezó el 25 de marzo en Tapachula, fronteriza con Guatemala, como parte del llamado Viacrucis Migrante que se inició con más de 1,000 personas indocumentadas.
"A Donald Trump le va a tocar el corazón Dios porque él también es padre y nosotros aquí andamos con niños", dice Ana Suazo, hondureña de 37 años, que llegó con sus tres hijos menores y pasó la noche en un albergue de migrantes al norte de la ciudad.
"Queremos luchar por nuestra vida, seguir adelante y buscar un trabajo. No pedirle a él que nos dé", añade Suazo, quien inició la travesía en el tren conocido como "La Bestia", y asegura que padeció frío y hambre.
"Los que llegan a la frontera van a pedir asilo en Estados Unidos", dijo Irineo Mujica, director de Pueblo sin Fronteras, organizador de esta caravana que se realiza desde 2010 para visibilizar el drama de los migrantes a su paso por México.
Mujica, quien permanece en Hermosillo, a unos 270 km de la frontera con Estados Unidos, con otro grupo de centroamericanos que realizan trámites migratorios, dijo que del número original quedan en la caravana unos 600, la mitad de los cuales se quedaría en México.
La imagen de los centroamericanos, cargando a cuestas sus escasas pertenencias, muchos viajando con hijos pequeños y algunas mujeres embarazadas, desató el enojo de Trump y un momento de gran tensión entre México y Estados Unidos.
Trump mandó desplegar elementos de la Guardia Nacional en su frontera sur al tiempo que ha pretendido condicionar la firma de un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte al control migratorio por parte de México, lo que ha sido rechazado por el gobierno de Enrique Peña Nieto.
México entregó permisos de tránsito de hasta un mes a los centroamericanos de la caravana. Cientos de ellos se han quedado en este país y algunos, aseguró Mujica, ya han recibido refugio con sus familias en Estados Unidos.