¡Síguenos!La crisis humanitaria sin precedentes causada por el colapso del sistema de salud en Venezuela amerita una respuesta a gran escala de de Naciones Unidas, dijeron dos organizaciones este jueves.
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Investigadores de la escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins y Human Rights Watch exhortaron al secretario general Antonio Guterres a pedirle al coordinador de respuestas de emergencia de la ONU que aborde la crisis venezolana como una prioridad y pedir estadísticas oficiales a las autoridades venezolanas para elaborar un diagnóstico apropiado.
Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, respondió que declarar oficialmente una emergencia humanitaria supondría iniciar procedimientos internos que activarían una movilización de todo el sistema de la organización y que Venezuela debería acceder a ello.
“Esa designación no forma parte del consentimiento de los gobiernos como política normal. En cualquier país en el que trabajamos, lo hacemos con el consentimiento del gobierno para distribuir ayuda humanitaria siguiendo nuestros principios de neutralidad e imparcialidad”, dijo Dujarric en conferencia de prensa.
El vocero destacó que la ONU está “seriamente preocupada” por las carencias que sufre el pueblo venezolano y que debido a eso Naciones Unidas ha aumentado operaciones nutricionales y de servicio sanitario en el país, además de aumentar su personal de 190 empleados en septiembre de 2017 a poco más de 300 en marzo de este año.
Las dos organizaciones dijeron en un informe conjunto de 71 páginas que el Gobierno de Nicolás Maduro ha exacerbado la crisis con sus esfuerzos de censurar cualquier información sobre los problemas.
“Por más que lo intenten, las autoridades venezolanas no pueden ocultar la realidad del país”, expresó Shannon Doocy, profesora adjunta de Salud Internacional de la Escuela Bloomberg.
Las autoridades venezolanas han interrumpido la publicación de estadísticas sanitarias y nutricionales y han tomado represalias contra quienes difundieron la información, según el informe.
Maduro rehusó durante varios años recibir ayuda humanitaria, alegando que equivaldría a intentos de derrocarlo.
La semana pasada, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja dijo que se disponía a comenzar a distribuir ayuda a 650 mil personas en la nación sudamericana.
La cifra queda bastante por debajo de los 3,7 millones de venezolanos que estaban desnutridos entre 2015 y 2017, según estadísticas de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).
“En Venezuela hay un sistema de salud que está casi totalmente colapsado”, dijo Tamara Taraciuk Broner, abogada senior para las Américas de HRW. “Estamos ante una crisis humanitaria que es devastadora y no tiene precedentes en Latinoamérica”.
Además de una aguda escasez de medicinas y alimentos, el reporte documenta un incremento en la mortalidad materna e infantil, la propagación descontrolada de enfermedades para las que existe vacunación, y un aumento en la transmisión de enfermedades infecciosas como malaria y tuberculosis.
Los autores entrevistaron a más de 150 personas, incluyendo a profesionales de la salud, venezolanos en busca de atención médica o comida en Brasil y Colombia, representantes de organizaciones internacionales de ayuda humanitaria, funcionarios colombianos, brasileños y la ONU.