El presidente Andrés Manuel López Obrador acusó al exgobernador de Puebla, Mario Marín, de haber colaborado en el fraude electoral de 2006 en favor de Felipe Calderón, a cambio de su posterior exoneración.

Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, López Obrador expresó su descontento por la liberación de Marín, ordenada recientemente por una jueza de Quintana Roo, calificándola como otro “sabadazo” del Poder Judicial, lo que refuerza su llamado a una reforma judicial para evitar la impunidad.

“El caso reciente del fin de semana, otro sabadazo de un juez o una jueza que le está dando libertad al señor Marín, que fue gobernador de Puebla, ya dio la orden de que se libere, un juez”, señaló.

Recordó que Marín fue acusado por la periodista Lydia Cacho en 2005, cuando ella lo implicó en una red de pederastia en su libro “Los demonios del Edén”.

Durante su campaña presidencial, Calderón prometió encarcelar a Marín, pero luego de recibir su apoyo en el fraude electoral de 2006, dejó de perseguirlo, según afirmó el mandatario.

“¿Saben qué hacían esto, porque son lo mismo, sobre todo, en pensamiento? Protegían al señor Marín y saben por qué lo protegían, porque el señor Marín les ayudó en el fraude electoral de 2006. Primero lo acusan, viene una denuncia de Lydia Cacho y va el candidato del PAN, Felipe Calderón a Puebla a decir que ‘si gano voy a meter a la cárcel a Marín’, busquen”, detalló.

La liberación de Marín se produjo después de tres años y medio en prisión, el pasado 10 de agosto, cuando la jueza Angélica Ortuño Suárez decidió que no era necesaria la prisión preventiva para el exgobernador, debido a su estado de salud.

Las medidas cautelares impuestas incluyen arresto domiciliario en su casa en Puebla, el uso de un brazalete de monitoreo, la retención de su pasaporte y visa, y la prohibición de acercarse a las víctimas y testigos.

Tres días antes, Adolfo Karam, exdirector de la Policía Judicial de Puebla, también fue liberado. Ambos enfrentan acusaciones por la tortura de Lydia Cacho, quien fue detenida y trasladada en 2005 bajo órdenes de Marín, como parte de una represalia por sus denuncias contra el empresario Kamel Nacif, amigo cercano del exgobernador.

“Por eso no quieren que se reforme el Poder Judicial, pero eso es una cuestión vamos a decir rutinaria, ya hemos aquí demostrado cómo aplican los sabadazos y este es otro sabadazo”, reiteró el mandatario.

El caso Cacho-Marín alcanzó notoriedad internacional en 2006, cuando se reveló una conversación entre Marín y Nacif, donde el empresario agradece al “góber precioso” por haber castigado a Cacho.

Con la liberación de Marín, no queda nadie en prisión relacionado con el caso, lo que ha generado indignación en la periodista, quien afirma que sus derechos han sido violados para proteger a sus torturadores.

López Obrador reiteró que estos casos refuerzan la necesidad de una reforma judicial, ya que considera que el Poder Judicial sigue actuando en favor de intereses particulares y no en la búsqueda de justicia.