El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, visitará varios consulados en Estados Unidos para impulsar medidas que atiendan de manera más eficiente a los mexicanos afectados por posibles deportaciones masivas anunciadas por Donald Trump, quien asumirá la presidencia en enero.

La presidenta Claudia Sheinbaum informó el miércoles que, de forma paralela, la Secretaría de Gobernación coordinará con los gobernadores de los estados fronterizos para garantizar la recepción adecuada de los connacionales en caso de concretarse las deportaciones. “Si se llegan a dar estas deportaciones, nosotros tenemos que recibir bien a nuestros connacionales”, afirmó.

Entre las medidas adelantadas por Sheinbaum destacan la contratación de más abogados en los consulados mexicanos y la digitalización de trámites consulares, buscando que los servicios sean más ágiles y accesibles para los ciudadanos.

Incremento presupuestal para atención consular

En línea con estos preparativos, la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados aprobó un aumento de 300 millones de pesos (aproximadamente 15 millones de dólares) al presupuesto destinado a la red consular mexicana, la más grande del mundo, con 50 oficinas en Estados Unidos. Este incremento se incluirá en el debate parlamentario de los presupuestos de 2025, actualmente en proceso.

Albergues fronterizos en alerta

Desde mediados de noviembre, albergues de migrantes en el norte de México también anunciaron medidas preventivas. Están organizando la recepción de los posibles deportados, facilitando su reintegración laboral y registrando abusos contra migrantes en ambos lados de la frontera. Estas acciones buscan mitigar el impacto de una deportación masiva que podría tener graves consecuencias sociales y económicas.

Contexto migratorio y remesas

En Estados Unidos residen actualmente unos 11 millones de mexicanos, de los cuales aproximadamente 5 millones no cuentan con documentación legal. Las deportaciones masivas impactarían no solo a las familias afectadas, sino también a las economías de ambos países. Durante el año pasado, las remesas enviadas por mexicanos en el extranjero, mayoritariamente desde Estados Unidos, superaron los 63,000 millones de dólares, un ingreso vital para muchas familias y para la economía nacional.

El gobierno mexicano enfatizó que continuará fortaleciendo los mecanismos de atención y protección a los mexicanos en el extranjero frente a las posibles políticas migratorias del nuevo gobierno estadounidense.