¡Síguenos!Por tercera ocasión consecutiva, se ha retrasado la posibilidad de convocar a un periodo extraordinario, para desahogar los desafueros de dos diputados de Morena-PT, y los dos relacionados directamente con Puebla: Saúl Benjamín Huerta Corona, acusado de violación equiparada en contra de tres varones menores de edad, y Mauricio Alonso Toledo Gutiérrez, acusado de enriquecimiento ilícito, presuntamente obtenido cuando fue delegado de Coyoacán, en la Ciudad de México.
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La Comisión Permanente del Congreso de la Unión convocó a sesión virtual, sin la posibilidad de discutir la realización de un periodo extraordinario para que la Cámara de Diputados se erija como Jurado de Procedencia y vote los dictámenes sobre estos dos casos que, en sentido positivo, emitió ya la Sección Instructora.
Para resumir: está atorado este tema, porque no hay voluntad política del grupo mayoritario, el del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). En los dos casos hay negligencia y también complicidad.
Me explico: no se equivoca quien suponga que hay abierta complicidad en el retraso del desafuero de estos dos diputados federales, Saúl representante actualmente del Distrito 11 de Puebla, y el segundo diputado plurinominal en funciones y legislador electo por el Distrito federal 5 de Puebla, con cabecera en San Martín Texmelucan.
A Huerta Corona, acusado de violación de al menos tres varones menores de edad, le han dado suficiente tiempo para, si lo ha hecho ya, estar muy muy lejos y sin posibilidad de ser localizado por la Fiscalía de la Ciudad de México, que presentó la solicitud de procedencia (desafuero), para arrestarlo por estos delitos.
En el caso de este legislador poblano también opera una suerte de negligencia, pues la actual LXIV Legislatura (2018-2021) terminará el próximo 31 de agosto, dentro de 40 días, y al final de cuentas, al primer minuto del 1 de septiembre, Saúl Benjamín ya no tendrá fuero.
Resultaría ocioso y carente de “timing político”, dicen los analistas especializados, ir a un periodo extraordinario para resolver algo que de forma natural ocurrirá en unos cuantos días.
En el otro caso, del capitalino Toledo, que tiene la aparente protección de los jerarcas del Partido del Trabajo (PT), hay más un tema de colusión, para retrasar su desafuero.
Él, de todos modos, ya tiene asegurada su curul en la LXV Legislatura (2021-2024) y sus presuntos delitos son económicos y no con la carga de escándalo y perversidad de las faltas sexuales de Huerta Corona.
Sin embargo, para que se consiguiera el dictamen que avala su desafuero en la Sección Instructora (equivalente al trámite en comisión), se realizó un proceso irregular, pues fue sustituida de improviso la representante del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Por ese solo detalle, Mauricio Toledo puede impugnar, con muchas posibilidades de éxito, su desafuero, si se consumara en el pleno camaral.
Y en los dos casos, la pulcritud procesal y moral de la mayoría morenista del Congreso de la Unión, parece no tener prisa o ni siquiera existir.
Negligencia y complicidad; complicidad y negligencia, vaya combinación.