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El caso de Judith Abigaíl Jiménez Pulido tuvo un trágico desenlace pues tras una semana de búsqueda su cuerpo finalmente fue localizado en una barranca a unos metros de la carretera a Alpuyeca. Un caso más de feminicidio en Puebla por el que aún no hay personas detenidas.
La mañana del jueves 8 de agosto Judith Abigail quedó de verse con su amigo Jorge Eduardo en la 11 Sur y la 105 Poniente, para dirigirse al campo de tiro Liga de Cazadores ubicado en San Baltazar Torija y a donde no era la primera vez que iba.
El viaje lo hicieron a bordo de una camioneta propiedad de Jorge Eduardo, que según la versión que le dio a sus familiares, fue que estuvieron todo el 8 de agosto en ese sitio hasta cerca de las 21:30 horas cuando se disponían a volver a Puebla.
La versión no la escucharon de voz de Jorge Eduardo, sin embargo un familiar de este le explicó a la familia de Judith Abigail que ese día en la carretera a Tecali una camioneta les cerró el paso, por lo que perdieron el control y terminaron por volcar.
Los responsables del percance se llevaron privada de su libertad Abigail, mientras que Jorge Eduardo se quedó atorado en la cabina de la camioneta aunque por sus propios medios logró trasladarse hasta el Hospital Betania en la ciudad de Puebla.
Desde un inicio la familia Abigail desconfío en esta versión y aunque trataron de hablar con Jorge Eduardo en el hospital, este estaba inconsciente y apenas fue dado de alta desapareció, incluso dando de baja sus redes sociales.
Esta situación causó alarma por parte de la familia quien exigió la Fiscalía General del Estado detuviera a este sujeto a fin de obtener mayor información sobre lo que había ocurrido con Abigail, ya que él era la última persona que estuvo con ella; no obstante su llamado fue ignorado.
Las redes sociales una vez más sirvieron como plataforma para que la familia buscara información que permitiera obtener datos sobre el paradero de esta mujer de 28 años de edad, que en casa tenía dos hijos preguntando por ella.
Las medidas para presionar a las autoridades los llevaron a convocar a una protesta en el Zócalo de Puebla para la mañana del sábado 17 de agosto, sin embargo ésta se tuvo que cancelar un día antes cuando recibieron la fatídica noticia.
Un hombre que se encontraba vendiendo lotes rústicos a un costado de la carretera a Alpuyeca y cerca del relleno sanitario de Chiltepeque se percató de que varios zopilotes rondaban uno de sus predios, por lo que decidió indagar.
Fue así como en una barranca oculta entre algunos árboles se encontró con el cadáver putrefacto de Abigail, sin embargo para ese momento aún no sabía que se trataba de la joven, por lo que de inmediato llamó al número de emergencias 911.
Los elementos de la Policía Estatal fueron los primeros en llegar y confirmar la presencia de restos humanos de una persona, los cuales ya estaban en avanzado estado de descomposición y como lo constató la persona que los halló, ya comenzaban a ser devorados por la fauna.
Personal de la Fiscalía General del Estado llegó al sitio y de inmediato se percató que a pesar de los daños del cuerpo aún se alcanza a apreciar que se trataba de una mujer, además de que traía vestigios de ropa correspondientes a una blusa negra y un pantalón con estampado de camuflaje.
Esta vestimenta correspondía a la de Abigail, por lo que una vez que su familia se enteró de esta situación, acudió hasta este lugar en donde si bien las autoridades no quisieron confirmar que fuera ella, aceptaron que había indicios suficientes para suponer que era su cuerpo.
Ante esta situación se hizo el traslado al Servicio Médico Forense donde finalmente la familia la tuvo a la vista y pudo confirmar que se trataba de ella, por lo que en una noche se realizó la necropsia de rigor y por el sábado recibieron su cuerpo.
Decenas de familiares y amigos se dieron cita en la Funeraria Latinoamericana para participar en los servicios fúnebres que a pesar de estar invadidos de dolor, destacaron por están ambientados con música de banda y de mariachi, como la que le gustaba a Abigail.
Las muestras de afecto continuaron y su hija Vannia de 14 años lo hizo a través de su cuenta de Facebook, donde escribió unas emotivas palabras para su madre donde recordó los sueños truncados como conocer París junto con su hermano de tan solo año y medio.
Además de cuestionarse por qué tenía que ser su madre a quien asesinaron, la pequeña Vannia también resaltó que ella y su hermano saldrían adelante y que cumplirán otras promesas que le hicieron Abigail, como que ella se convierta en militar.
Sin que la Fiscalía General del Estado haya logrado aún la detención del o los sospechosos del asesinato de esta mujer, sus seres queridos le dieron el último adiós este domingo con una misa de cuerpo presente y un emotivo sepelio en el panteón Jardín Eterno al sur de la capital poblana.