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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes la posible implementación de un arancel generalizado del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá. La medida entraría en vigor el próximo 1 de febrero, según señaló en una breve declaración desde el Despacho Oval. Este anuncio refuerza las políticas proteccionistas del mandatario, justificadas como respuesta a la inmigración irregular y el tráfico de fentanilo en la frontera sur.
El impacto inmediato de las declaraciones de Trump se reflejó en los mercados financieros. El peso mexicano sufrió una depreciación, cayendo de 20,50 a 20,75 unidades por dólar, alcanzando niveles que no se veían desde las elecciones presidenciales estadounidenses. Analistas han señalado que este nuevo periodo de volatilidad para la moneda mexicana está vinculado al nerviosismo por las políticas comerciales y arancelarias del republicano.
Trump también aprovechó su discurso inaugural para adelantar la creación de un Servicio de Ingresos Externos enfocado en la recaudación de aranceles, asegurando que estas tarifas traerán “enormes cantidades de dinero” al gobierno estadounidense. Además, firmó una serie de decretos para endurecer las políticas migratorias, combatir el narcotráfico y fortalecer la industria petrolera en EE. UU.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aún no ha emitido una respuesta oficial, aunque en declaraciones anteriores ha rechazado las políticas comerciales del mandatario estadounidense. Sheinbaum ha advertido que una guerra arancelaria podría incrementar la inflación y debilitar la economía de toda Norteamérica.
El sector financiero también ha expresado preocupación. Según un análisis de Grupo Financiero Banamex, aunque la reciente depreciación del peso fue menos severa que la ocurrida tras las elecciones de 2016, la amenaza de Trump parece más tangible. En especial, preocupa el impacto sobre la industria automotriz, dado que el mandatario no mencionó la importancia de la integración regional en este sector clave para México.
La incertidumbre continúa dominando los mercados, y todo apunta a que la tensión económica se mantendrá hasta el 1 de febrero, fecha clave para las relaciones comerciales entre los países del TMEC.