¡Síguenos!El duelo por los cientos de personas que podrían haber muerto por el colapso de una represa el viernes en Brasil se convirtió rápidamente en furia, con las familias de las víctimas y políticos reclamando que la minera Vale y los reguladores no aprendieron nada de los últimos desastres.
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Los bomberos del estado de Minas Gerais confirmaron el lunes la muerte de al menos 60 personas por la ruptura de una presa de relaves, que lanzó un torrente de lodo sobre las oficinas de la minera y el pueblo de Brumadinho.
Cerca de 300 siguen desaparecidas, y funcionarios dijeron es poco probable que se encuentren sobrevivientes.
Las acciones de Vale se desplomaban un 17 por ciento en la Bolsa de Sao Paulo, que estuvo cerrada el viernes por una festividad local.
La fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, dijo que la compañía debe responder por la tragedia y ser sometida a un proceso criminal.
Los ejecutivos de la firma también podrían tener que asumir su responsabilidad de forma personal, señaló.
El presidente ejecutivo de Vale, Fabio Schvartsman, dijo el domingo que las instalaciones fueron construidas de acuerdo a las normas y que los equipos demostraron que la represa era estable dos semanas antes.
El desastre en la mina Corrego do Feijao se produce menos de cuatro años después del derrumbe de una presa en un yacimiento cercano manejado por Samarco Mineracao SA, empresa conjunta de Vale y BHP Billiton, donde murieron 19 personas y se vertió lodo tóxico a un río importante.
Si bien el desastre de Samarco en 2015 arrojó aproximadamente cinco veces más desechos mineros, la ruptura de la presa del viernes fue mucho más mortal, ya que el barro golpeó las oficinas locales de Vale, incluida una cafetería llena de gente, y atravesó un área poblada cuesta abajo.
La reacción ante el desastre podría amenazar los planes del nuevo presidente Jair Bolsonaro de flexibilizar las restricciones en la industria minera, incluidas propuestas para abrir reservas indígenas y grandes franjas de la selva amazónica para la minería.
El ministro de Minas y Energía de Brasil, Bento Albuquerque, propuso en una entrevista el domingo con el periódico O Estado de S. Paulo una modificación de la ley para asignar responsabilidades en casos como Brumadinho a los encargados de certificar la seguridad de las represas mineras.
La firma alemana TUV SUD dijo el sábado que inspeccionó la represa en septiembre y que todo estaba en orden.