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El suizo Roger Federer, que persigue un octavo título en Wimbledon, y el croata Marin Cilic parten como favoritos el viernes en las semifinales masculinas del emblemático torneo londinense, contra el checo Tomas Berdych y el estadounidense Sam Querrey, respectivamente.
Después de la eliminación de Rafa Nadal el lunes en octavos y de que Andy Murray y Novak Djokovic se despidieran el miércoles en cuartos, el primero con derrota ante Querrey y el segundo al abandonar contra Berdych por lesión, Federer ha quedado como el gran nombre todavía en liza.
El veterano jugador helvético (ahora número 5 mundial), que tiene un récord de 18 títulos del Grand Slam, puede ampliar su leyenda. Para ello necesita primero superar a Berdych (15º del ránking), que fue finalista en Wimbledon en 2010. Federer se impuso al checo en sus siete últimos enfrentamientos.
En caso de victoria, Federer tendría como rival en la final al ganador del choque entre el estadounidense Querrey (28º), que nunca había llegado tan lejos en un Grand Slam, o al croata Marin Cilic (6º), campeón del Abierto de Estados Unidos en 2014.
Cilic se impuso a Federer en aquel camino al título en Nueva York en 2014 y el año pasado en Londres llegó a tener tres bolas de partido a favor, que desaprovechó antes de que el suizo pudiera remontarle en los cuartos de final.
El gigante croata (1,98 metros) es la gran amenaza para Federer en esta recta final del torneo, pero parece en cualquier caso un paso por detrás de lo que hubiera supuesto tener que enfrentarse a Nadal, Murray o Djokovic.
El español, que no brilla en Wimbledon desde que llegó a la final en 2011, fue derrotado en octavos por el luxemburgués Gilles Muller. El serbio tuvo que abandonar contra Berdych por una lesión en el codo derecho en cuartos y Murray, con dolor en la parte derecha de la cadera, no pudo luchar al 100% en su derrota frente a Querrey, también en cuartos.
Mientras tanto, todo parece ir bien para Federer. El maestro suizo no ha perdido ni un set desde el inicio del torneo y se siente "fresco" después de haber renunciado a la competición en tierra batida este año, por lo que fue baja en Roland Garros.